El de la mantis enana espinosa (Ameles fasciipennis) es uno
de esos casos relativamente frecuentes en los que una especie ha sido
encontrada en la naturaleza una única vez por los científicos, y a partir de
entonces parece haberse esfumado por completo.
Ocurrió en 1871, cuando esta diminuta mantis fue localizada en los arbustos de la región de Tolentino, en el centro de Italia.
Nunca volvió a ser vista, y se cree
que quizá la conversión de los parajes de matorral mediterráneo en campos de
cultivo pudo provocar su extinción. Sin embargo, la IUCN reconoce que la propia
clasificación de la especie aún es confusa. Un caso similar es el de la mantis
francesa Pseudoyersinia brevipennis, descrita en 1860 y nunca después reencontrada,
aunque también de taxonomía incierta.
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